El Ejército ucraniano, según Moscú, atacó de nuevo territorio ruso pese a la advertencia de que dichas incursiones y acciones de sabotaje provocarían represalias
Rusia ha respondido a los ataques fronterizos ucranianos con el lanzamiento de misiles contra objetivos estratégicos en Kiev y otras partes del país, mientras Ucrania confía en la pronta llegada de la ingente asistencia militar prometida por el presidente de EEUU, Joe Biden.
El Ejército ucraniano, según Moscú, atacó de nuevo territorio ruso pese a la advertencia de que dichas incursiones y acciones de sabotaje provocarían represalias rusas contra los centros de mando ucranianos. Uno de los objetivos fue un departamento fronterizo del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) en la región de Briansk, limítrofe con la ucraniana Chernígov.
Según explicó en Telegram el gobernador de la región, Alexandr Bogomaz, el ataque con proyectiles de mortero no causó víctimas, al contrario que los ataques efectuados a mediados de abril, que dejaron ocho heridos. El segundo objetivo atribuido a los militares ucranianos fue un puesto fronterizo situado en la región de Kursk, vecina de la ucraniana de Sumy.
La respuesta rusa no se hizo esperar. Según las autoridades locales, los guardias fronterizos rusos respondieron al ataque y destruyeron las posiciones desde las que se lanzó el bombardeo. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, agradeció encarecidamente a EEUU el nuevo paquete de ayuda por valor de 33,000 millones de dólares solicitado al Congreso por el jefe de la Casa Blanca, Joe Biden.
Zelenski agradeció encarecidamente a EEUU el nuevo paquete de ayuda por valor de 33,000 millones de dólares solicitado al Congreso