Para un servidor la riqueza no es tener millones de pesos o dólares en cuentas, el concepto de riqueza creo está algo sobreestimado. Si tienes techo, tres comidas al día y un buen trabajo o un emprendimiento, eso es riqueza. Si lo analizas, millones de personas en el mundo carecen de estos elementos. Adicionalmente, tener salud, pues si tienes una enfermedad terminal, de nada valió acumular millones. Si tienes por lo menos dos o tres grandes amigos, también eres un privilegiado. Grandes millonarios como Jeff Bezzos fundador de Google están donando gran parte de sus fortunas, pues saben que no la podrán disfrutar en su totalidad.
Pienso que la gente se preocupa mucho por tener carros de lujo, casas inmensas, apartamentos en la playa, joyas, y muchas cosas más, pero no son felices, todo es una cortina de humo. ¿de qué sirve todo esto, si te llevas mal con tu esposa, con tus hijos o con tus padres? No tiene sentido tener mucho dinero si este te convierte en una persona frívola y poco solidaria.
Me encanta una reflexión de Pepe Mujica, ex presidente de Uruguay que decía que cuando compramos algo, no lo compramos con dinero, lo compramos con el tiempo de vida que tuviste que gastar para obtener ese dinero, pero con una diferencia, la única cosa que no se puede comprar es la vida, la vida se gasta, y es miserable gastar la vida.
Tenemos que mejorar nuestra educación financiera, de hecho, la educación en general en nuestro país es un tema controversial, pues es una de las problemáticas esenciales históricamente aún no resueltas a pesar de la enorme cantidad de dinero que se ha invertido. La riqueza y la educación van de la mano, se llama educación financiera. No estoy haciendo una apología de la pobreza o de la tacañería, sino de ser prudentes en el manejo de nuestro dinero, porque en la gran mayoría de los casos, nos ha causado mucho sudor obtenerlo.
La riqueza está enlazada a la espiritualidad. No soy experto en el tema, pero solo hay que observar a los monjes tibetanos, que, con poco, viven muy felices. Jesús, vivía con lo básico y fue el hombre más trascendente de todos los tiempos. En la primera carta de Timoteo capítulo 6 versículo 10 dice “porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores”. Esto me recuerda la crisis financiera del 2008, donde una pandemia de codicia llevó al mundo al borde del colapso financiero.
En hebreos capítulo 13 versículo 5 se nos dice que “hay que mantenerse libre del amor al dinero y conténtense con lo que tiene, porque Dios ha dicho nunca te dejaré; jamás te abandonaré. Creo que la sencillez es la verdadera riqueza, el amor a tu trabajo, a tus hijos, a tus amigos, hacer lo que te gusta, pecamos de angustiarnos por acumular objetos, cuando lo que debemos es acumular amor
Si me preguntan cuál es mi verdadera riqueza, respondería que mi hijo. Ese pequeñín hermoso que ilumina mi vida y es mi más preciado tesoro. A veces, y disculpen mi franqueza, somos estúpidos, pues pienso que riqueza es tener tranquilidad y no estar endeudado para aparentar una vida que no nos podemos permitir, para complacer a gente que no le importamos.