Los fideicomisos del PLD se hicieron para el robo y el saqueo; los que pretende hacer Luis Abinader es para contribuir al desarrollo nacional, creando nuevos empleos y mayores niveles de riquezas y mejor distribución de la mismas.
Para esos proyectos, algunos de los cuales ya están ejecutándose, se requiere, eso sí, de una buena ley, orgánica o no, eso es percata minuta, bien transparente que preserve el interés nacional, que proteja los bienes del pueblo. Una alianza del sector público y el sector privado donde el sector público sea el mayor beneficiario, donde el pueblo mantenga siempre la mayoría de los acciones. El PLD hizo durante sus gobiernos todo lo contrario: favoreció el gran capital, tanto nativo como extranjero.
El gobierno del presidente Abinader quiere el progreso. Los fideicomisos del gobierno de Abinader no perjudicaran al pueblo, al contrario, lo beneficiaran grandemente. El PLD y los sectores que lo respaldan vergonzosamente, que no se atreven a dar la cara, lo saben. Con la construcción de nuevas rutas del Metro, del Monorriel y de otros megaproyectos, en alianza público-privada, el país será otro en poco tiempo. La correlación de las fuerzas políticas también será otra.
Los intereses nacionales serán protegidos a través de la ley de fideicomisos, no serán perjudicados, como dicen los que desde el litoral opositor se oponen y lo satanizan.