El canciller dominicano Roberto Álvarez agota su turno en las Naciones Unidas.
Y volvió a pedir el envío urgente de una fuerza armada para ayudar a combatir a las bandas armadas en el país vecino
El canciller dominicano, Roberto Álvarez, cargó ayer, martes, en la ONU contra la inacción internacional ante la crisis que se vive en Haití y volvió a pedir el envío urgente de una fuerza armada para ayudar a combatir a las bandas armadas en el país vecino.
Álvarez, en un discurso ante el Consejo de Seguridad, recordó que esa fuerza internacional es “la principal demanda” de las autoridades haitianas y ha sido avalada por el propio jefe de Naciones Unidas, António Guterres, pero “aún permanece sin una hoja de ruta».
¿Cuáles son las perspectivas reales de que este Consejo de Seguridad actuará firmemente finalmente en la prolongada crisis haitiana?”, se preguntó el jefe de la diplomacia dominicana, que subrayó que mientras no haya una acción firme por parte de la ONU no se podrá pedir al pueblo de Haití que confíe en la organización.
Según Álvarez, la República Dominicana entiende que dado el “cuestionable legado de anteriores misiones de la ONU en Haití” se quiera considerar y planificar adecuadamente cualquier respuesta, pero dejó claro que el tiempo apremia. “Como testigos directos del drama humano en el país vecino también sabemos que cada minuto de espera implica un mayor descalabro de la situación y sufrimiento para ciudadanos inocentes”, insistió. El canciller recalcó además la compleja situación que se vive en la frontera entre los dos países y la amenaza que la crisis haitiana plantea para la República Dominicana.
El pasado octubre, el Gobierno de Haití solicitó oficialmente a la comunidad internacional el envío de una operación militar para ayudarle a recuperar el control de Puerto Príncipe de manos de las pandillas que dominan importantes zonas de la capital y sus alrededores. En respuesta, el secretario general de ONU propuso establecer una “fuerza de acción rápida” compuesta por militares de uno o varios países, pero el proyecto hasta ahora no ha cristalizado a falta de encontrar un Estado dispuesto a liderarlo.