Por Andrés Bonilla
En un año pre electoral como el 2023, es una práctica normal que se inicie entre los partidos del sistema una batalla política campal, que trae consigo justificaciones infundadas.
Sin lugar a dudas que el actual escenario favorece al Partido Revolucionario Moderno (PRM), pues tiene un posible candidato presidencial (si decide serlo), Luis Abinader, el cual cuenta con una aceptación de la población que supera el 70% según las firmas encuestadoras nacionales e internacionales.
En una “patraña”, en busca de confundir, se encuentran el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), quien preliminarmente ha seleccionado a Abel Martínez como su posible candidato, el cual no ha llenado las expectativas de los morados, y eso lo pone en entre dicho, si será confirmado en un proceso acorde a las leyes Orgánica del Régimen Electoral No. 15-19 y la de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos No. 33-18.
En el otro escenario está la Fuerza del Pueblo (FP), quien ha definido como su representante en la boleta a Leonel Fernández, una figura con poco que ofertar ante su desgaste en el poder, ya que no tuvo la capacidad de dar respuesta a las necesidades de la nación.
Estas dos agrupaciones políticas se disputan el liderazgo de la oposición y recurriendo a diferentes artimañas en procura de forzar que las elecciones se extiendan a una segunda vuelta, pero observando los resultados de las encuestas de prestigio, no es posible.
Ante este panorama no han podido lograr la simpatía de los electores a pesar de que tienen dos años en campaña, como tampoco han logrado quitarse el mote de corruptos y cómplices de 20 años de gobierno. Mucho menos han tenido la delicadeza de ofrecer una disculpa o explicación al pueblo dominicano sobre sus desaciertos y el origen de sus fortunas obtenidas siendo servidores públicos.
Para justificar su falta de empatia en el pasado cuando fueron gobierno con los problemas que le aquejan a los dominicanos, hoy se ha dedicado a decir que supuestamente desde el oficialismo están comprando a su dirigencia.
Sin duda alguna, una falacia y sobretodo un argumento débil, justificación que se trae al escenario cuando no se tiene un liderazgo fuerte y calidad moral que encante y retenga a sus compañeros de partidos.
De no entender el cambio de mentalidad de los electores dominicanos tanto el PLD como la FP, ambos harina del mismo costal, y no se decidan a plantear soluciones a las situaciones que afectan al país y se integren a ser parte de la solución, entonces los resultados serán los mismos que hasta hoy, funestos.
Ante su inercia e infundados argumentos de supuestas compras de dirigentes, entonces "SEGUIRÁ LA HEMORRAGIA DE AMBOS PARTIDOS HACIA EL PRM", que si muestra resultados palpables en su gestión de gobierno, convirtiéndose hasta hoy en el histórico presidente de la transformación y transparencia, que es Luis Abinader.
Decenas de legisladores, alcaldes, regidores y altos dirigentes de esas organizaciones políticas que no se sienten representados por esos dos aspirantes presidenciales han abandonado esos partidos, y al parecer, la tendencia dice que continuarán las renuncias.
Al PLD-FP que dejen la cháchara mediática y acudan a las instancias que establecen las leyes de nuestra nación, y estoy seguro que tendrá más peso, pero mientras tanto, ellos mismos están fomentando la salida de sus dirigentes.