Objetivo. Sueña, en la Olimpiada Mundial en Noruega, lograr la mejor actuación histórica que ha tenido en el país en esa competencia.
Miguel Ángel Hernández tiene tan solo 17 años, muchos sueños por cosechar y una visión numérica de la vida que le motiva a cambiar el mundo.
El recientemente galardonado con el “Premio Nacional de la Juventud”, en el renglón mérito preuniversitario, se encuentra cursando su último año escolar con una especialidad en informática y, a su vez, se prepara para representar por sexta vez a República Dominicana en las olimpiadas internacionales de matemáticas, en el mes de junio.
Miguel Ángel reside junto a su madre en el sector Sabana Perdida, en Santo Domingo Norte, y tenía solo 11 años cuando descubrió su incesante pasión por las matemáticas.
“Desde pequeño fui un niño muy aplicado… Siempre me llamaron la atención las matemáticas”, recordó en conversación con periodistas del LISTÍN DIARIO a los que contó que fue cuando entró en sexto grado de primaria que decidió explotar su potencial y participar en sus primeras olimpiadas.
En su primer año compitiendo a nivel estatal, ganó por la provincia Santo Domingo, llegando a ser finalista nacional; ya en séptimo grado, el año siguiente y con solo 12 años, volvió a intentarlo quedando en el intento de ganar cuando fue premiado a nivel nacional; sin embargo, en el tercer año de intento fue cuando logró ganar por primera vez.
“En octavo, después de tres años, gané las olimpiadas nacionales por primera vez y después de ahí empecé a proyectarme. Entré a los entrenamientos de la Selección Nacional de Matemáticas y a los 15 años representé al país por primera vez en la Olimpiada de Matemática de Centroamérica y el Caribe, organizadas por Panamá”, relató el brillante joven que no acepta ser llamado genio.
Sudor, lágrimas y números
“No me considero un genio, sino que he trabajado mucho”, afirmó Miguel Ángel recordando como desde sus once años se esforzaba sobremanera y estudiaba diariamente entre ocho y 10 horas.
“No es que soy el más inteligente, es que he trabajado muchísimo y no lo veo como una obligación. Para mí no es pesado cuando tengo que pasarme muchas horas estudiando, es que me gusta y me resulta divertido pasar el tiempo que tenga que pasar resolviendo problemas”, dijo.
A pesar de que desde que dejó entrever sus aspiraciones ha contado con el apoyo de sus padres, familia y amigos, Hernández refirió que para él “ha sido difícil”, son muchos los retos y sacrificios que ha tenido que enfrentar para convertirse en la persona que en 2021 volvió a participar en las competencias centroamericanas y trajo una medalla de bronce al país, convirtiéndose en el segundo dominicano en la historia de 20 años en hacer lo propio.
Dejar de hacer las actividades propias de las edades y etapas de un niño y adolescente por dedicarse de una forma “profesional” a las matemáticas, no le ha sido un proceso complicado, sobre todo porque alega tener compañeros de escuela y amigos que le han apoyado, lo han visto crecer y han estado ahí para verlo llorar en las derrotas y celebrar las victorias numéricas que le han costado sudor y lágrimas.
“Aunque a la primera no gané, pero me seguí esforzando, y a la siguiente no gané tampoco, pero quedé más cerca, hasta que logré ganar finalmente y después de eso no me quede ahí, sino que seguí avanzando a base de puro trabajo y sacrificio”, rememoró con una sonrisa en labios.
SEPA MÁS
Otro logro en el exterior
Aspira a maestro.
El más reciente éxito del menor que aspira a convertirse en un maestro de las ciencias de las matemáticas desde el aspecto investigativo fue haber ganado la mención de honor, el año pasado, en la Olimpiada Mundial en Noruega, además de apropiarse del título de “la mejor actuación histórica que ha tenido en el país en esa competencia”, fungiendo como un ejemplo a la juventud del país de todo lo que se puede lograr cuando se unen empeño, dedicación y ganas.