Sin quejas, decenas de comerciantes que llegan desde distintas provincias hasta la capital, despachan libras y libras de puerco.
Es solo cuestión de horas para que el sol caiga y deje en su lugar el visible tintineo de las luces en los árboles navideños, y a miles de familias dominicanas sentadas a la mesa para disfrutar de la tradicional cena de Nochebuena.
Entre las calles del Gran Santo Domingo hay ciertas cosas que este domingo 24 de diciembre son innegable; como el corredero de la gente por conseguir lo que le hace falta, sea alimentos o la aclamada muda de ropa para estrenar, la buena energía y el ajetreo de a quienes hoy les toca cocinar.
El cerdo asado en las aceras de las transitadas avenidas de la ciudad se está vendiendo con premura. Sin quejas, decenas de comerciantes que llegan desde distintas provincias hasta la capital, despachan libras y libras de puerco.
“Se está vendiendo bien, no nos podemos quejar, pero aun así esperamos que en la tarde suba todavía más”, afirmó Idaliza, quien todos los años viene desde La Vega a vender los 24 y 31 de diciembre. Este año, trajo diez cerdos y para las 11 de la mañana ya había repartido 4 completos, a RD$500 cada libra.
En distintos puntos de recreación, como parques y tiendas de plazas comerciales que un domingo cualquiera serían sumamente concurridas por familias y grupos sociales, brilla la ausencia de gente.
“En mi casa cenamos 10 y todos los años compramos el cerdo aquí, pero ya en la casa estamos listos, preparando todos los platillos típicos de la cena de noche buena”, afirmó Iván García, en fila para comprar cerdo en la avenida Anacaona.
Además, el tránsito de la capital no está tan pesado como siempre, por el contrario, está por demás ligero, cuestión que se atribuye a los miles de dominicanos que se desplazaron hacia el interior a compartir la importante fecha con sus familiares.