La muestra en honor al fenecido artista Ramón Oviedo destaca 76 años de trayectoria plasmada en murales, lienzos, dibujos y esculturas
La obra del maestro Ramón Oviedo trascendió fronteras. El laureado artista plástico dominicano se dedicó a la pintura hasta sus últimos días.
Incontables fueron sus obras e incontables fueron los reconocimientos que recibió. Este 2024, en honor al centenario de su nacimiento (1924-2024) fue inaugurada lo que se ha definido como la megarretrospectiva de Ramón Oviedo en el Museo de Arte Moderno (MAM).
Los tres pisos del museo se lucen con un montaje de alrededor de 400 obras que dan muestra de cuan prolífica fue su carrera e impronta en la plástica dominicana.
La exposición "Oviedo, 100 años" permanecerá abierta hasta el próximo 10 de abril.
A la inauguración de "Oviedo, 100 años" asistieron importantes figuras políticas y culturales encabezada por la ministra de Cultura, Milagros Germán, el presidente de la Fundación Ramón Oviedo y nieto del artista, Omar Molina Oviedo; el director general de Museos, Carlos Andújar; Federico Fondeur, director del MAM; Manuel Jiménez, alcalde de Santo Domingo Este y Gamal Michelén, viceministro de Patrimonio Cultural.
Legado vive
El pintor nació el 7 de febrero de 1924 en Barahona, al sur del país y falleció el 12 julio de 2015 a los 91 años en la ciudad de Santo Domingo.
La gigantesca muestra "Oviedo, 100 años" incluye, por primera vez, exposiciones en unos diez museos y galerías de la capital y el interior del país, con curaduría independiente y obras distintas.
Lo expuesto en el MAM es una experiencia visual donde el rojo resalta como identidad de la pintura del maestro. Se abarcan todas las etapas pictóricas, desde 1938 a 2014, en un periplo artístico de 76 años de murales, lienzos, dibujos y esculturas.
La ministra de Cultura, Milagros Germán, expresó que Ramón Oviedo fue muy amigo de la familia. Su tía, Francia Sánchez de la Rocha fue su alumna, a quien él quería mucho.
"Fue varias veces a nuestra casa a saludar y cuando él se iba mi tía me decía –ahí va un genio- Yo crecí en la admiración y respeto hacia el maestro Oviedo", evocó Germán durante las palabras de apertura.
Para el crítico de arte y viceministro de Patrimonio Cultural, Gamal Michelén, esta exposición recién inaugurada da dos lecciones: cada pintura es una ventana abierta a un universo nuevo y no hay nada de repetición.
"He escuchado a Antonio Ocaña contarme que Oviedo tenía pesadilla repetitiva en que él se repetía a sí mismo. Para mí la virtud más grande del maestro era el agotamiento de sí mismo, una cosa necesaria en un artista; el cansancio de sí mismo. Cada obra de Oviedo es una historia".
En tanto que Omar Molina Oviedo describió a su abuelo como "un hombre luz, de pensamiento profundo y preocupaciones existenciales: cada obra es un sello de validación y dominio de la técnica; es poesía, grito, denuncia, cuestionamiento, historia, anécdota, danza, erotismo, jocosidad, mito y leyenda".
Esta exhibición retrospectiva "representa "un acontecimiento histórico irrepetible, por lo fecundo y dilatado de su ejercicio pictórico por etapas, por una iconografía que delata su preocupación".
Más adelante, mientras las personalidades entraban a las salas a ver las obras, Michelén abundó un poco más a Diario Libre de las particulares de Oviedo.
El también arquitecto define el legado de Oviedo como invaluable. "Él sigue con nosotros en su obra. Se perpetúa en el tiempo".
Dos cuadros que personalmente lo han marcado y que aguardaba por apreciar son "24 de abril". "Es espectacular, una denuncia social", apunta.
La siguiente es "Uno que va, uno que viene", que es la manera de expresar que "nosotros vamos pasando y que la vida al final es una carrera de relevos donde pasamos la antorcha".
El pintor Omar Molina Oviedo, presidente de la Fundación Ramón Oviedo, define a su abuelo con una sola palabra: inmenso.
Poco sobró decir luego de esto. El agradecimiento y la felicidad le brotaban. "Esto es un orgullo, un privilegio y una enorme responsabilidad haber logrado la culminación de un proyecto y conmemorar el natalicio de mi abuelo. No es solo un orgullo nuestro sino para todos los dominicanos", manifestó a DL.
Dijo que el trabajo ha sido arduo y el mayor deseo es que el público abrace este centenario como si fuera suyo.
Abundó que el proceso de recolección tomó bastante tiempo, de recibir las piezas, cuidar todo ese patrimonio, solicitar los permisos. "Es una enorme responsabilidad, pero al final del día es un gozo también", concluye.
Familiares presentes
En la inauguración que llenó de jóvenes y adultos el museo estuvieron los hijos del maestro Oviedo: Aracelis, Raúl, Rafael y Ramón; de su nieto, Omar Molina Oviedo, y la esposa de este, Indhira Santana; y de otros miembros de la familia del artista homenajeado.
Aracelis Oviedo Colón, madre de Omar Molina, miraba con orgullo las obras de su padre. La mujer longeva que se dedicó a la profesión de la odontología recuerda muchos momentos viendo a su progenitor en plena faena artística.
Así rememora: "Yo recuerdo todo, desde mi infancia hasta su ultimo día, porque yo fui que lo cuidé. Yo viví toda la vida con mi papá. Su obra es magnífica, extraordinaria. Él lo abarcó todo, cerámica, pintura, instalaciones, todo".
"Uno que va y otro que viene" es uno de sus cuadros favoritos. A la juventud que visitará la exposición Aracelis les aconseja que sean honestos y con buenos valores y que le tengan amor al arte.
Ramón Oviedo tuvo siete hijos (todos viven), los nietos pasan de una veintena y hay hasta biznietos.