Al dar inicio a la comunión, el sacerdote contó a los allí presentes que Matos González asistía a la misa de las 9:00 de la mañana todos los domingos.
Con una solemne eucaristía en la sede del Ministerio de Defensa y bajo una intensa lluvia, ayer se le dio el último adiós general Ramiro Matos González.
La misa, oficiada por el párroco Geraldo Ramírez Paniagua, se celebró en la parroquia Nuestra Señora de la Altagracia, ubicada en la sede militar.
El féretro con los restos de Matos González llegó a las instalaciones del Ministerio de Defensa a las 2:00 de la tarde, cubierto con la bandera nacional y acompañado por una escolta de honor, compuesta por oficiales de alto rango.
Generales, oficiales superiores y oficiales subalternos del Ejército Dominicano, la Fuerza Aérea, la Armada Dominicana y la Policía Nacional, familiares y amigos cercanos se congregaron para rendir tributo a quien en vida fuera un símbolo de disciplina y dedicación al servicio militar.
Al dar inicio a la comunión, el sacerdote contó a los allí presentes que Matos González asistía a la misa de las 9:00 de la mañana todos los domingos.
“Si no lo veía era por factores como el clima o que estaba enfermito. Siempre echábamos unas palabritas y siempre con esa humildad y sencillez con todo el mundo”, declaró.
Durante la misa, el párroco Ramírez Paniagua destacó el legado que deja el general en retiro, no solo en el ámbito militar, sino también en el campo de la historia, siendo un prolífico escritor y estudioso. Fue sepultado en el cementerio Puerta del Cielo.
“El Padre Nuestro que usted escuchó que cantamos, es un Padre Nuestro criollo y a él le fascinaba y por eso pedí que lo cantaran hoy”, agregó el padre.
El vicealmirante retirado Homero Luis Lajara Solá, expresó al pronunciar un discurso de despedida que “el general Matos González representa el centurión del siglo XX, un modelo de dignidad militar y coherencia”.
Aportes
Al servicio del Estado
“Noble soldado”.
“Tanto la familia como sus discípulos y compañeros de armas debemos agradecer el tiempo que Dios nos permitió compartir, por tantos años, con este noble soldado, quien hasta su último momento aportó con su disciplina, intelecto, y hombría de bien para forjar unas Fuerzas Armadas virtuosas, apartidistas, y comprometidas al servicio del Estado dominicano en los ámbitos de seguridad, defensa, orden público, cultura y desarrollo nacional”, añadió Lajara Solá.