El Departamento de Justicia de EE. UU. revela una conspiración organizada por Irán para asesinar al presidente electo Donald Trump, con la colaboración de ciudadanos estadounidenses y una red criminal internacional.
El FBI y el Departamento de Justicia de Estados Unidos han descubierto una trama organizada por Irán para llevar a cabo un atentado contra el presidente electo Donald Trump.
La denuncia formal, presentada el pasado viernes, detalla cómo Farhad Shakeri, un ciudadano iraní, le habrian designado por el gobierno iraní para coordinar el asesinato del magnate republicano. Junto a él, se encuentran dos estadounidenses, Carlisle “Pop” Rivera y Jonathon Loadholt, quienes les habrían contratado para ejecutar el crimen.
El Departamento de Justicia señala que Shakeri, de 51 años, quien se deporto de Estados Unidos en 2008, supuestamente mantiene vínculos con el CGRI y utilizó su red de asociados criminales para llevar a cabo la operación.
Según el informe, los tres hombres se les recluto para asesinar a Trump y a un disidente iraní no identificado. Shakeri, a través de grabaciones de entrevistas con agentes del FBI, expresó que el CGRI le había encomendado elaborar un plan para ejecutar el asesinato dentro de un plazo determinado.
Cargos contra los involucrados
Los tres acusados enfrentan cargos graves de asesinato a sueldo, conspiración para cometer asesinato y lavado de dinero. Si se declaran culpables, podrían enfrentar hasta 40 años de prisión.
Además, Shakeri se enfrenta a otros cargos relacionados con el apoyo a una organización terrorista extranjera, violación de sanciones internacionales y conspiración para hacerlo, lo que podría sumarle hasta 60 años adicionales de prisión.
Shakeri sigue prófugo, presuntamente en Irán, mientras que Rivera y Loadholt se arrestados en Nueva York. Los dos estadounidenses comparecieron ante un magistrado federal en Manhattan, donde se les dictó prisión preventiva mientras esperan el juicio.
Las autoridades continúan investigando el alcance de la conspiración y otros posibles colaboradores involucrados.
La amenaza iraní a Trump
El director del FBI, Christopher Wray, comentó que este caso es una clara muestra de la “descarada” disposición de Irán de atacar a ciudadanos estadounidenses y disidentes políticos en todo el mundo.
Según Wray, los intentos de Irán por eliminar a sus enemigos políticos y a aquellos que critican al régimen de Teherán no han cesado. Además, señaló que este complot es solo un ejemplo más de cómo el régimen iraní recurre a redes criminales y sicarios para ejecutar sus amenazas.
Merrick Garland, fiscal general de EE. UU., también se refirió a los cargos presentados, subrayando la gravedad de la amenaza que representa Irán para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Según Garland, este tipo de acciones pone de manifiesto la voluntad de Irán de recurrir a cualquier medio para vengar la muerte del comandante Qassem Soleimani, quien se asesino en 2020 en un ataque aéreo ordenado por Donald Trump.
El contexto de las tensiones entre Irán y Estados Unidos
Las relaciones entre Irán y Estados Unidos siguen siendo tensas desde la orden de Trump de asesinar a Soleimani, lo que desató una serie de represalias y amenazas por parte del régimen iraní.
En los últimos meses, se ha informado de varios intentos de atentados contra figuras políticas estadounidenses. En esta se incluye la del propio Trump, el mismo sobrevivió a un intento de asesinato en julio durante un mitin de campaña en Pensilvania.
A pesar de estos intentos, no se ha establecido ninguna conexión directa con el gobierno iraní en los incidentes previos.
Este último desarrollo ha reforzado las preocupaciones de Estados Unidos sobre las actividades clandestinas de Irán. También de su creciente red de apoyo a actividades terroristas y de espionaje internacional.