A continuación, la declaración pública íntegra de Miguel Mejía.
Me han condecorado
El Decreto 8-25 de fecha 9 de los corrientes se enmarca dentro de las atribuciones que le competen al presidente Luís Abinader, entre éstas, prescindir de los servicios de funcionarios públicos por las razones que considere.
Mi mayor satisfacción es que nuestra destitución de la función pública no responde a mal manejo de fondos del Estado ni a acciones conductuales reñidas con la ética y la moral; nuestra destitución ha sido solo por defender una posición que, desde nuestro punto de vista, es de principios.
La misma no se puede vincular exclusivamente al tema Venezuela; como ciudadano, servidor público y como político, he venido cuestionando sistemáticamente a algunos funcionarios de los sectores como eléctrico, energético, política exterior, equipo económico y una franja del Ministerio Público, sobre lo cual, en primera instancia y en privado le había expresado mis consideraciones al presidente y, ante su indiferencia, sustentada talvez en alguna razón, no debía hacerme cómplice con el silencio y mi indiferencia frente a tantas irregularidades y desaciertos que afectan directamente el desarrollo y la soberanía del país.
Mientras desde la opinión pública algunos se planteaban que si tenía esos niveles de cuestionamientos por qué no renunciaba a mis funciones. Hoy debo decirles que por un asunto de prudencia y de respeto personal al presidente, a su familia y a la memoria de su padre, nunca dije públicamente que había presentado renuncia en más de una ocasión, y que por alguna razón él no las aceptó, lo que me llevaba a no hacer vida activa en el gobierno ni en la oficina que tenía asignada en el Palacio Nacional, la cual ocupaba desde el segundo período de gobierno del ex presidente Leonel Fernández, en 2004, y me limitaba a cumplir tareas específicas que me encomendaba el presidente, tanto en el plano nacional como internacional. Tareas que no tengo que describir porque todos conocen sus resultados, en beneficio del país.
En este contexto, primero, considero que el presidente pudo haberse evitado emitir el decreto y sencillamente haberle dado curso a mi renuncia; segundo, de la referida oficina, como no he hecho vida allí en lo que va de este gobierno, lo único que me llevaré es el cuadro del patricio Juan Pablo Duarte que me regaló el afamado pintor dominicano Miguel Núñez. Duarte no merece permanecer ahí.
Y, tercero, este decreto lo pondré en un cuadro junto con una foto del doctor José Rafael Abinader Wasaf, en memoria a ese gran patriota, amigo de siempre, con cuyo legado me siento comprometido y jamás traicionaré. Este hombre fue anti trujillista, estuvo al lado de Caamaño en la guerra de abril del 1965, muy amigo del profesor Juan Bosch. Ese legado yo lo reivindico en honor a su memoria. Si otros no lo hacen la historia los juzgará.
Mi permanencia en el gobierno del presidente Abinader no fue producto de un acuerdo político con su partido ni con él propio, sino por el vínculo familiar y personal que viene desde su padre, por lo cual mi partido me autorizó a servir sobre estas condiciones.
Cabe recordar que la Organización política que me honra presidir no participamos en los procesos electorales de febrero y mayo de 2024. En febrero pasado publicamos nuestra posición a través de un comunicado titulado «Decidimos preservarnos», en el que señalamos, entre otros aspectos, el transfuguismo, la falta de propuestas concretas conforme a las reales necesidades del pueblo dominicano, las alianzas al vapor, candidatos con su hoja de servicio muy cuestionada, salvo honrosas excepciones, como parte de las características de la entonces coyuntura electoral, poniéndose de manifiesto más la suma aritmética que la suma de valores.
La destitución no me tomó por sorpresa; sabía de la presión a la que estaba sometido el presidente, desde dentro y desde fuera, incluyendo ciertos sectores foráneos. Para mí, su decisión constituye una condecoración que como he dicho, pondré en un cuadro de honor. Y, seguiré adelante con la misma posición respecto a todos estos temas, con la firmeza y coherencia que siempre nos ha caracterizado.
¿Es honroso seguir formando parte de un gobierno con todos estos elementos que hemos venido señalando, en privado y en público? Me han condecorado.
Miguel Mejía
Secretario general
Enero 10, de 2025.