
El Ministerio de Defensa de la República Dominicana muestra ejemplos sobresalientes de inclusión al contar con féminas destacadas en el ámbito militar.
Existe un fenómeno social silencioso que describe la desigualdad existente entre las aspiraciones profesionales de las niñas en comparación con los niños y cuán capaces se creen de asumir roles de liderazgo y crecimiento en el ámbito laboral. Este término suele denominarse como “brecha de los sueños”.
No obstante, a medida que avanza el tiempo, muchas mujeres han logrado liderar espacios dominados en su mayoría por hombres y de manera paulatina lograr un estado de equidad en el mundo profesional.
El Ministerio de Defensa de la República Dominicana muestra ejemplos sobresalientes de esta inclusión al contar con féminas destacadas en el ámbito militar como la coronel paracaidista Aracelis Castro Mejía; las tenientes coroneles, Paula Fernández Jiménez y Soldelisa Montero Encarnación; la capitana de fragata, Rosa Elena Infante Tatis; la teniente coronel piloto, María Quintana Tejada, y la teniente de corbeta, Yajaira Suero García.
Al relatar su experiencia para el LISTÍN DIARIO sobre su incursión en el mundo militar y dar un repaso a su trayectoria, desde sus motivaciones para ingresar a la academia hasta los logros que han marcado su vida, muchas reconocen que, si bien no ha sido un camino de rosas, la intención de superar cada obstáculo que se interpone es algo persistente en cada una de ellas.
“Esto no es solamente de inicio, esto es de desarrollo y de culminar los objetivos y de metas que usted quiere alcanzar”, reflexionó la coronel paracaidista Castro Mejía.
Seguras de sí mismas, mantienen la creencia de que la disciplina y el enfoque son valores que deben acompañar al ser humano toda su vida con el objetivo de que sirvan para alcanzar oportunidades de crecimiento.
Un ambiente equitativo
A pesar de que tiempo atrás era casi impensable llegar a creer que las mujeres podrían formar parte del cuerpo militar de su país e incluso liderar puestos importantes, la realidad es que al día de hoy existe un abanico abierto para las féminas que deseen incorporarse en este ámbito, al punto de desempeñar roles más importantes y diversificados.
En su participación en el Desayuno de LISTÍN DIARIO, encabezado por el director Miguel Franjul y el subdirector Fabio Cabral, pudieron reconocer que, aunque en un principio las oportunidades eran restringidas para el género, en la actualidad se han expandido y les ha permitido llegar a las posiciones que muchas ocupan, como es el caso de la teniente coronel piloto Quintana Tejada, que lleva varios títulos de “primera mujer” dentro de las Fuerzas Armadas.
Desde su entrenamiento hasta el reconocimiento dentro de la academia, señalaron que sus funciones no quedan condicionadas a su género.
Como una experiencia personal, la teniente de corbeta Suero García relató el momento en que participó en unos ejercicios internacionales donde la mitad de la tripulación dominicana eran mujeres, reflejando cómo la institución las capacita en diferentes áreas con la finalidad de que estén preparadas para realizar sus funciones de manera eficiente.
“Ahora mismo no hay limitante. Nosotras no tenemos ningún tipo de limitante”, reconoció la teniente coronel Fernández como evidencia de la participación significativa y reconocimiento que las mujeres de manera paulatina han experimentado en el Ejército de República Dominicana.
Red de apoyo
Para ellas, la resiliencia se ha convertido en un término que las ha acompañado a lo largo de su trayectoria militar y, aunque como todo ser humano, han tenido momentos en los que han sentido no poder más, cada una de ellas recuerda qué tan capaces son de afrontar las situaciones y todo lo que han logrado.
Al mismo tiempo, como si de una familia se tratase, recordaron que entre cada una se han empujado y motivado para seguir adelante aun cuando la otra sentía que ya no podía más, y de esta manera sobrellevar los altibajos que esta profesión retadora representa.
En el caso particular de la teniente coronel Fernández Jiménez, una frase que la ha acompañado en su vida es la de no considerarse como una mujer que deja “las cosas por mitad”, como también pensar en el esfuerzo que han hecho sus compañeras para llegar hasta donde están, al igual que ella.
Equilibrio
Como si no fuera poco el hecho de ocupar altos rangos en la milicia y algunas de ellas con el curso más alto de su área, Diplomado de Estado Mayor, también se han preparado a nivel civil al contar con licenciaturas y maestrías.
Ante la pregunta de cómo han logrado equilibrar su vida profesional y personal, con el hecho de que muchas son madres y esposas, fueron sinceras y respondieron que sus familias han sido una fuente de “apoyo incondicional” que siempre han entendido su responsabilidad con la milicia y se han vuelto sus pilares fundamentales para esta profesión tan demandante que han escogido.