
Bastaron dos minutos para que se desatara lo que, en su momento, fue considerada la peor tragedia antrópica de República Dominicana: el vuelo 603 de Dominicana de Aviación se precipitó en el mar Caribe tras despegar del Aeropuerto Internacional Las Américas rumbo a Carolina, Puerto Rico. El saldo fue fatal: 102 personas fallecidas —97 pasajeros y cinco miembros de la tripulación—. El mar guardó sus voces.
Fue el 15 de febrero de 1970. Era domingo por la tarde. De aquella catástrofe ha pasado ya más de medio siglo. Para ser exactos: 55 años y dos meses. Las imágenes, desgarradoras, aún navegan en la memoria colectiva del país.
“Recuerdo vívidamente las crudas fotos de los periódicos y uno que otro vídeo”, dice a Listín Diario un señor, que se presentó como PG. “Se veían a los rescatistas que desde los botes con ganchos halaban los trozos de cuerpos flotantes hacia los botes. En su mayoría eran torsos sin cabezas, brazos ni piernas”.