
Republicanos parecen orientados a fortalecer los lazos con RD
El presidente Luis Abinader regresó ayer jueves tras una visita oficial a Washington, donde se reunió con Marco Rubio, el primer latino en dirigir la diplomacia estadounidense y que se presenta como un amigo de la República Dominicana y un defensor de la gran preocupación nacional: la "crisis en Haití".
En su encuentro en Washington, Abinader y Rubio discutieron la situación en Haití, en la que destacaron la necesidad de una intervención internacional, en el caso del mandatario dominicano, y una respuesta coordinada y solidaria de la comunidad internacional, por parte del diplomático, para solucionar la crisis multidimensional que sufre el vecino país.
La reunión fue en el marco de la entrega del Premio Internacional al Liderazgo a Abinader por parte del Instituto Congresual de Liderazgo Hispano (CHLI).
Esta es la segunda vez en la que ambos líderes coinciden desde el cambio de gobierno en Estados Unidos (en enero de 2025), ya que Rubio visitó el país en febrero para el cierre de su primer viaje oficial como secretario de Estado.
Además, la semana pasada hablaron por teléfono y reafirmaron la solidez de la relación bilateral y el compromiso compartido frente a los desafíos regionales, incluyendo el combate a la inmigración ilegal.
El constante intercambio entre Rubio y la República Dominicana refleja el viejo cortejo de Washington con su "socio estratégico" y "uno de los puntos brillantes en el hemisferio occidental", palabras usadas la semana pasada por los senadores Jeanne Shaheen (demócrata) y James E. Risch (republicano), ambos miembros del Comité de Relaciones Exteriores, del que Rubio fue miembro en su tiempo en el Senado.
Además, con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, los republicanos parecen estar orientados a fortalecer un poco más los lazos con la República Dominicana y han colocado al país en un puesto privilegiado en su política exterior.
Su artículo en Diario Libre
Rubio, de 54 años y nacido en Florida en el seno de una familia de inmigrantes cubanos, tomó relevancia pública en 2010, cuando fue elegido para un primer período como representante de Florida en el Senado estadounidense, posición para la que fue reelegido en dos períodos consecutivos.
Durante su tiempo como senador, Rubio se especializó en temas de política exterior, especialmente orientadas a América Latina. Fijó una posición en contra del régimen cubano, el chavismo en Venezuela y del gobierno de Nicaragua, siendo partidario de la política de línea dura contra los gobiernos autoritarios en la región.
En cuanto a la República Dominicana, el floridano ofreció su apoyo a la posición que el Gobierno de Luis Abinader fijó en contra de la migración irregular proveniente del atribulado Haití.
En un artículo de opinión publicado en abril de 2024 en Diario Libre bajo el título "El presidente Biden no debe fomentar la migración masiva ilegal desde Haití", Rubio cuestionó la política exterior de Biden (2021-2025) denunciando una tendencia contradictoria que castiga a los aliados con "estándares imposibles" mientras se apacigua a los adversarios.
"Como la mayoría de los estadounidenses, también reconozco que ningún país debería experimentar una migración masiva ilegal, ni la República Dominicana ni EE. UU."Escribió Rubio en el artículo“
El entonces senador señaló a la República Dominicana como uno de los ejemplos de la gestión que le criticaba a Biden, asegurando que la administración demócrata buscaba presionar al gobierno dominicano para aceptar unos tres millones de haitianos, lo cual consideró una exigencia irracional e injusta.
Esta idea no fue planteada públicamente por parte de Biden al Gobierno dominicano; sin embargo, la declaración de Rubio fue una de las primeras posturas públicas que asumió el republicano sobre el tema y le ganó relevancia en República Dominicana, país al que llegó menos de un año después como el máximo diplomático de Estados Unidos.
En sus casi cuatro meses en el cargo, Rubio ha sido constante en las muestras de aprecio hacia la República Dominicana, con mensajes diplomáticos con un dejo de cercanía —aunque esto es común en sus comunicados—, ya sea para celebrar la independencia nacional o para dar el pésame por la tragedia de la discoteca Jet Set en abril pasado.
Posible figura presidencial
A pesar de sus repetidas bromas sobre un tercer mandato que no tiene permitido constitucionalmente, Donald Trump descartó esta semana la idea y otorgó su respaldo a dos figuras clave en su gobierno: el vicepresidente, JD Vance, y Marco Rubio.
Rubio fue uno de los nombres que el republicano barajó el año pasado para ser su compañero de fórmula de cara a las elecciones presidenciales, puesto que finalmente entregó a Vance. Sin embargo, no era la primera vez que el latino estaba cerca de la idea de ocupar un puesto en la Casa Blanca.
En 2016, Rubio fue precandidato presidencial por el Partido Republicano, ganando un fuerte respaldo en algunos estados, pero finalmente terminó perdiendo ante Donald Trump en las primarias.
Al hablar sobre los presidenciables, Trump dijo que Vance es "un tipo fantástico y brillante" y Rubio "genial" para estar al frente del movimiento Make America Great Again" (Hagamos EE. UU. grande otra vez), que lo ha llevado dos veces a la Casa Blanca.
Actualmente, Rubio ha emergido como una figura central en la política exterior de la administración actual y como secretario de Estado se ha convertido en el principal ejecutor de la agenda internacional del expresidente y actual mandatario, acumulando un poder que recuerda al de Henry Kissinger durante la Guerra Fría, subraya la agencia The Associated Press.