
“Mi vida antes de Oportunidad 14-24 estaba vacía”, dijo. A los 16 años se fue de la casa de sus padres, cayó en el alcohol y la vida en las calles la arrastró a una rutina sin rumbo.
Carla Acevedo, de 22 años, se puso de pie frente a una multitud de graduandos con voz firme y el corazón hecho pedazos.






