
Hay dirigentes e incluso líderes políticos que son descendientes de luchadores por la libertad. Llegan algunos a ser figuras influyentes en la historia y política de su país, destacándose en la politica, su conexión con la lucha por las libertades de sus antepasados les otorga una autoridad moral, le otorga un legado, ese es el caso del alcalde de Santiago, Ulises Rodríguez. Santiago, R.D.-
La familia del Alcalde Ulises Rodríguez, sufrió cárcel, exilio y despojo de su fortuna por su lucha contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Primos, tíos, abuelos y otros familiares de Ulises Rodríguez vivieron el espanto, tortura, exilio y cárcel por su decidida lucha por la libertad del pueblo dominicano. Juan Rodríguez García, conocido como Juancito Rodríguez, tío abuelo del alcalde Ulises Rodríguez, por su ejemplar vida de lucha contra la tiranía trujillista hoy mediante decreto es declarado héroe nacional.
Su hija Pucha Rodríguez en una memoria se pregunta: “¿Cuál otro entregó toda su fortuna y la vida de su hijo primero, con el fin de derrocar la dictadura?”. Con este decreto, el Estado dominicano salda una deuda moral con un hombre que no solo combatió la opresión, sino que encarnó los más altos valores de la dominicanidad: trabajo, sacrificio, honor y libertad. El presidente expresó que “al declarar Héroe Nacional a Juancito Rodríguez, honramos también a todos aquellos que ofrendaron su bienestar, su vida y su legado por el sueño de una patria libre, democrática y justa. Hoy reivindicamos su memoria para que nunca más el olvido sea el destino de nuestros verdaderos héroes.”
Juancito Rodríguez nació en Estancia Nueva, Moca, en 1886, bajo el nombre de Simón Rodríguez García. En una crónica del periódico Listín Diario se resalta que “Huérfano de padre desde temprana edad, se trasladó a Barranca, La Vega, en busca de mejores horizontes junto a su madre y sus ocho hermanos.
Allí, con trabajo incansable y una vocación agrícola excepcional, amasó una fortuna en tiempos de gran dificultad, sembrando cacao, plátanos y criando ganado, con un nivel de desarrollo que le granjeó fama en todo el Caribe. Su hacienda fue considerada una de las más prósperas de la región.
Pero su vida cambió cuando decidió enfrentar con valentía y sin reservas la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. A pesar de haber sido senador y diputado, su vocación política se encendió verdaderamente al ver cómo el régimen arrasaba con su hacienda, perseguía a su familia y asesinaba a sus colaboradores”.
Vendió su ganado, se exilió en Cuba en 1946 y, desde allí, lo entregó todo a la causa de la libertad: financió la expedición de Cayo Confite en 1947, la de Luperón en 1949 y apoyó la expedición del 14 de junio de 1959, donde murió su hijo primogénito, José Horacio Rodríguez. Juancito Rodríguez murió en el exilio, en La Habana, el 19 de noviembre de 1960, a seis meses del ajusticiamiento del tirano. Había perdido su fortuna, su tierra, su familia y a su hijo, todo en nombre de una República libre.