
Reconocer el nivel de violencia es el primer paso para sobrevivir
El violentómetro es una herramienta diseñada para identificar los niveles de violencia que una persona puede estar viviendo
Durante casi seis años, Sandra — nombre ficticio para proteger su identidad— vivió un tipo de violencia que no deja marcas, pero que mina la autoestima de una persona: la violencia emocional.
En ese tiempo Sandra no logró reconocer que estaba viviendo maltratos, no con golpes, sino con palabras y actitudes que la fueron quebrando por dentro. "Desde que lo conocí siempre me demostró que quería bajar mi autoestima, no le gustaba que le diera cariño; me decía que era muy empalagosa", recordó.
Los insultos eran constantes, la hacía sentir inferior y desvalorizaba su trabajo como estilista.
"Decía que mi trabajo era pobre y que me quedaría pobre la vida entera si continuaba con mi trabajo. Que nunca iba a poder ahorrar un peso, siempre me hacía al menos y hasta llegó a poner personas por encima de mí", relató.
Violencia emocional
La violencia emocional consiste, por ejemplo, en minar la autoestima de una persona a través de críticas constantes, en infravalorar sus capacidades, insultarla o someterla a otros tipos de abuso verbal; en dañar la relación de una pareja con sus hijas o hijos; o en no permitir a la pareja ver a su familia ni a sus amistades, según la Organización de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU Mujeres).
Las críticas no paraban. "Me decía que me lavara la cara, que estaba muy maquillada y que me veía fea así con tanto maquillaje. A él no le gustaba. Estaba conmigo porque para él tenía el cuerpo perfecto, pero no porque yo sea la mujer que él quería para su vida", explicó.
La infidelidad
No solo fue violencia emocional, también vivió una infidelidad. "Se lo perdoné hasta que llegué a un punto en que ya no podía más, y fue ahí cuando logré dejarlo".
Aunque nunca hubo agresión física, Sandra aseguró que el maltrato verbal fue devastador. A raíz de todo lo vivido, tuvo que buscar ayuda psicológica ya que, la violencia a la que fue sometida "fue muy fuerte".
Durante esos años, Sandra vivió bajo la sombra de una persona que, en lugar de brindarle paz, la sumergía cada vez más en la inseguridad y el dolor. "Esos maltratos por tanto tiempo yo los aguante porque quería estar con él, pero al final me di cuenta de que no", señaló.
Soportó el maltrato emocional porque deseaba que las cosas cambiaran en su relación. Sin embargo, con el tiempo, Sandra comprendió una verdad dolorosa pero liberadora: "Él es así, no cambiará y yo no merezco tener al lado a una persona que no me quiera ni me valore, que me denigre, me haga sentir mal, baje mi autoestima, cuando yo sé todo lo que valgo", sostuvo.
Conoces el violentómetro?
Es importante que las mujeres conozcan los signos de abuso en sus relaciones. El violentómetro es una herramienta diseñada por el Ministerio de la Mujer para identificar los niveles de violencia que una persona puede estar viviendo.
La guía, que incluye desde situaciones de control emocional hasta agresiones físicas graves, explica qué acción tomar ante cualquiera de las señales de violencia enumeradas a continuación:
"Vi la maldad en sus ojos"
Estrella —nombre anónimo— conoció a su expareja en el año 2016, cuando tenía 31 años. Al principio todo parecía normal. "Siempre nos veíamos", recordó. "Un día empezamos a salir".
Pero, poco a poco, empezó a notar actitudes extrañas. No eran gritos ni insultos, pero se enojaba por cosas pequeñas. "Reaccionaba como que se molestaba, no era nada, era algo sutil". Estrella pensó que quizás era por inseguridad.
Con el tiempo, la relación se formalizó y comenzaron a vivir juntos. Fue entonces cuando las señales se hicieron más evidentes y aunque eran leves, no las vio con claridad en ese momento.
Empezó a criticar lo que ella vestía, sus combinaciones de ropa. Recordó un episodio concreto: "Una vez me puse un jeans largo para ir a una reunión familiar, y él me dijo: Mira cómo te vestiste, todas las mujeres van a ir con pantalones cortos".