
Santo Domingo.– La Solemnidad de Corpus Christi congregó este jueves a miles de fieles católicos en el Parque Eugenio María de Hostos, en el Malecón de Santo Domingo, en una jornada que combinó fervor religioso, procesión pública y misa solemne encabezada por el arzobispo metropolitano, monseñor Francisco Ozoria Acosta.
Desde primeras horas de la tarde, delegaciones de las distintas vicarías de la Arquidiócesis de Santo Domingo comenzaron a caminar con el Santísimo Sacramento a lo largo de un tramo de la avenida George Washington. Con pancartas, cantos, oraciones y expresiones de adoración, los asistentes convirtieron el espacio público en un templo abierto para manifestar su fe.
La eucaristía central fue presidida por monseñor Ozoria, acompañado por los obispos auxiliares José Amable Durán Tineo y Benito Ángeles, así como sacerdotes, diáconos y seminaristas. Durante su homilía, el arzobispo subrayó el significado de la Eucaristía como centro de la vida de la Iglesia y recordó que, según la doctrina católica, en ella se hace presente Cristo de manera real y permanente.
“La Eucaristía no es solo un rito; es una comunión viva que transforma y fortalece. Sin Eucaristía no hay Iglesia”, expresó el prelado, al tiempo que hizo un llamado a renovar el amor y la fe en este sacramento. También oró por los inmigrantes y por el pueblo dominicano.
La celebración de Corpus Christi, que data del siglo XIII, es una de las festividades más importantes del calendario litúrgico católico, por proclamar públicamente la fe en la presencia de Cristo en el pan y el vino consagrados. Este año, el lema escogido fue “Eucaristía, fuente viva de nuestra esperanza”.
Durante el evento se destacó la participación activa de personas de todas las edades, desde niños hasta adultos mayores, en un ambiente de orden, recogimiento y alegría.
Pese a que a mitad de la misa se registraron lluvias, los asistentes permanecieron en el lugar con sombrillas y capas plásticas, continuando la celebración con reverencia y entusiasmo. La jornada culminó sin incidentes, y con expresiones de satisfacción por parte de los fieles.