
Gonzalves.
Estos actores han bloqueado de facto el despliegue de una fuerza multinacional de pacificación en Haití, arguyendo que deben ser los propios haitianos quienes resuelvan su crisis. Esta narrativa, desconectada de la realidad del colapso institucional y de la guerra civil de baja intensidad en curso, ha sido una causa directa del evidente fracaso de la Misión MSS Haití, liderada por Kenia y avalada por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Colombia-Venezuela-Haití: Riesgos de militarización y expansión del caos
Nos alarma que el presidente Gustavo Petro, mientras anuncia la ruptura de relaciones con la OTAN por el conflicto en Gaza, haya iniciado una peligrosa prédica en favor de nuevas alianzas militares con lo que denomina “Ejércitos de la Luz”. Estas declaraciones, que parecen brotar de un estado de exaltación ideológica o compulsión emotiva, han sido seguidas por pasos concretos como:
El anuncio conjunto con Nicolás Maduro de una Zona Binacional Fronteriza Colombo-Venezolana, precisamente en una de las regiones más afectadas por la expansión del crimen trasnacional.
El restablecimiento reciente de relaciones con el régimen dictatorial de Daniel Ortega en Nicaragua.
Dos visitas extrañas a Haití, en nombre de la CELAC, desde donde el presidente Petro ha lanzado discursos que podrían interpretarse como incitación a una resistencia armada haitiana-como su ardiente reclamo “a no dejarse otra vez esclavizar”-, mientras rechaza categóricamente cualquier forma de intervención internacional, incluida, la dispuesta en el Consejo de Seguridad.
Denunciamos estos posicionamientos como un peligro real para la estabilidad hemisférica, que benefician indirectamente a estructuras del crimen organizado y a fuerzas extranjeras interesadas en derrotar o minar la influencia Estados Unidos bajo el liderazgo de Trump, aplicando las técnicas de la Guerra Híbrida en su tercera frontera y zona de influencia histórica.
Haití y la amenaza al pueblo dominicano
Nos preocupan además otros posibles escenarios de conflicto con raíces históricas profundas que, articulados con conflictos internacionales lejanos, parecen formar parte de una intensificación de una guerra híbrida global, con impactos directos en el Gran Caribe. Para nadie es un secreto que las poderosas organizaciones de tráfico internacional de drogas, armas, y personas , el lavado de activos, el terrorismo, el mercenarismo y el trasiego de minerales críticos, están redefiniendo rutas y alianzas en el ámbito trasatlántico.
Afirmamos con fuerza: el caso de Haití es el más grave y prolongado conflicto no resuelto del Continente Americano, y su manejo actual —marcado por la aparente desidia, el cálculo geopolítico y la irresponsabilidad de actores regionales e internacionales— representa una amenaza directa e inaceptable para la República Dominicana y su pueblo, más ahora, cuando además de las grandes cantidades de armas y pertrechos, aparecen en el escenario del país vecino, famosos Señores de la Guerra, drones de ataques bombarderos y riesgos crecientes de ciberataques.
Cuestionamos con energía que, luego de múltiples fracasos —algunos de ellos deliberados—, se insista en aplicar las mismas fórmulas erradas en lugar de un enfoque serio, robusto y sin precedentes que rescate, estabilice y reconstruya Haití en Haití digno de un mejor destino.
Advertimos a la comunidad internacional: el pueblo dominicano no aceptará que la inacción maliciosa, los sesgos ideológicos o la negligencia culposa, terminen de provocar una criminal agresión con ropaje “crisis humanitaria” contra su territorio y sus poblaciones . Reafirmamos, una vez más, con especial énfasis:
“No hay ni habrá solución dominicana para los problemas de Haití. Ni aquí, en nuestro territorio, ni allá.”
Firmantes:
– Pelegrín Castillo Semán. Presidente en funciones de la Fuerza Nacional Progresista. (FNP)
– Federico Antún Battle, Presidente del Partido Reformista Social Cristiano. PRSC
– Diputado Elías Wessin Chávez. Presidente Partido Quisqueyano Demócrata Cristiano. PQDC
– Diputado Ismael Reyes, Presidente del Partido Demócrata Institucional. PDI