
El caso de Monseñor Józef Wesołowski fue un escándalo sísmico que rompió el protocolo diplomático y judicial del Vaticano, marcando un antes y un después en la forma en que la Santa Sede manejó los casos de pederastia, especialmente en República Dominicana.
La reciente suspensión de Monseñor Ozoria por temas administrativos, aunque distinta en naturaleza, se suma a la percepción de una Iglesia en la República Dominicana que enfrenta serios desafíos internos.






