
Su carta, difundida el 12 de noviembre, reveló los rastros de su arzobispado que venía desde hace unos años: cuestionamientos sobre su liderazgo, señalamientos sobre su entorno familiar, y alegados ‘chismes’ que llegaron hasta el Vaticano.
La carta de despedida del arzobispo de Santo Domingo, Francisco Ozoria Acosta, cayó como un rayo en la cúpula eclesiástica dominicana.






