
“Me siento muy bien, ya no tendré que pagar 2,000 pesos por una cama y estoy tranquilo porque aquí no tengo que estar (precavido) como en La Victoria. El sistema de la corrupción era muy fuerte”, dijo uno de los privados de libertad al conversar con este medio.
Desde el pasado miércoles, la nueva cárcel Las Parras entró en funcionamiento luego de que recibiera más de 300 reos que antes se encontraban en el plantel La Victoria.
Con esta nueva edificación construida en Guerra, un municipio de la provincia Santo Domingo, las autoridades buscan adicionar una prisión en la cual se implemente la filosofía del “nuevo modelo penitenciario”.
De esta manera, “se eliminarían” situaciones como la constante complicidad que existe entre los agentes de la Policía Nacional y los presos, registradas en el plantel de La Victoria y otras longevas penitenciarias.
Además, "dificultaría" el surgimiento de casos en los que hombres y mujeres condenados por cometer actos delictivos incurren en la reincidencia, continuando sus operaciones criminales desde el interior de los centros correccionales, superando todos los mecanismos de control de los organismos policiales.
El director general de Servicios Penitenciarios y Correccionales (DGSPC), Roberto Santana, afirmó estar convencido de que Las Parras no será “un centro vacacional” en el cual los delincuentes encarcelados gobiernen a los miembros del equipo de Vigilancia y Tratamiento Penitenciarios (VTP).
"Todo lo contrario", según explicó Santana, este espacio les permitirá a los prisioneros utilizar ese periodo detrás de las rejas para formarse a través de programas educativos y laborar ofreciendo diferentes servicios.






