
Los agentes afirman en su demanda que fueron despedidos en septiembre por el director Kash Patel porque se les percibía como no afiliados políticamente con el presidente Donald Trump.
Doce exagentes del FBI despedidos tras arrodillarse durante una protesta por la justicia racial demandaron el lunes para recuperar sus empleos, argumentando que su acción tenía la intención de desescalar una situación volátil y no estaba destinada a ser un gesto político.






