Monseñor Héctor Rafael Rodríguez fue posesionado el sábado como el sexto arzobispo de la Arquidiócesis de Santiago, en una ceremonia a la que asistió el presidente de la República Luis Abinader , la vicepresidenta Raquel Peña, la cúpula de la Iglesia Católica y el nuncio apostólico monseñor Piergiorgio Bertoldi, representante del papa Francisco.
Directo y contundente como su predecesor monseñor Freddy Bretón Martínez, el nuevo arzobispo expresó su preocupación por cierta incoherencia en políticas medioambientales en el país con recurrentes permisibilidades que terminan en violaciones sin régimen de consecuencia, “mientras el cambio climático, nos come, nos devora y nos mata de manera inmisericorde con cualquier aguacero”.
Monseñor Rodríguez ve con pesadumbre, que la ley de Agua tenga la intención de privatizar este bien que no llega a muchos ciudadanos.
La concepción
En su primera homilía como arzobispo desde el Salón Multiusos de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), el religioso, de 62 años y nativo del municipio de Sánchez, provincia Samaná, también defendió el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte consagrado en la Constitución de la República, el derecho a la alimentación, al agua, a la educación, la salud y la vivienda.
Pastoral
Al prometer “disponibilidad incondicional a Dios”, señaló que su misión como arzobispo se centrará en tres cosas: enseñar el evangelio (la doctrina de la iglesia íntegra), anunciar el mensaje de salvación y santificar a través del culto.
Además, dijo que tendrá la disponibilidad incondicional para sus hermanos, dará cumplimiento al programa de vida, la buena noticia a los que sufren, a los angustiados, a los deprimidos, consolar a los afligidos, como mandó el señor.
“Ser un pastor al estilo del Buen Pastor esta misión ha de ser vivida desde dos dimensiones, inseparables en la vida de cualquier bautizado, mística y profética”, dijo, monseñor Rodríguez, quien fuera obispo de la Diócesis de La Vega los últimos 8 años.
Monseñor Héctor Rafael Rodríguez ocupa también el cargo de presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) y también asume como Gran Canciller y presidente de la Junta de Directores de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.
Durante la ceremonia solemne, confesó ser un fanático aguilucho y en tono jocoso pidió al equipo que ganen los partidos para él no morir de angustia, lo que generó aplausos entre los presentes.