PALESTINA.- Ghazi Hamad, un alto cargo del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), ha afirmado este miércoles que el grupo islamista «no participará en el juego» de pactar una nueva liberación de rehenes secuestrados en los ataques ejecutados el 7 de octubre por el grupo islamista para que Israel inicie posteriormente «otra ronda de asesinatos masivos» en el enclave palestino.
Hamad ha confirmado en declaraciones concedidas a la cadena de televisión qatarí Al Yazira que «algunas personas» están intentando negociar pausas en los combates, si bien ha defendido que no va en interés del grupo. «Israel jugará la carta de los rehenes y luego empezará otra ronda de asesinatos masivos y masacres contra nuestro pueblo», ha advertido.
«No participaremos en este juego», ha dicho, si bien ha hecho hincapié en que el grupo islamista «está dispuesto a negociar con todos» una vez se logre el fin del conflicto para lograr «un gran compromiso» que incluya la liberación de los secuestrados durante los ataques del 7 de octubre y los presos palestinos en cárceles de Israel.
Así, ha resaltado que la «visión» de Hamás «es muy clara» y ha reiterado que la prioridad es «detener la agresión». «Lo que está pasando sobre el terreno es una gran catástrofe», ha dicho, antes de denunciar «una destrucción masiva» y «unos asesinatos masivos» por parte del Ejército de Israel.
Por otra parte, ha asegurado que el grupo islamista ha pedido «en muchas ocasiones» a Al Fatá mantener contactos para «adoptar juntos decisiones», si bien ha manifestado que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha rechazado esta posibilidad. «El problema sigue siendo el presidente de la Autoridad Palestina, que rechaza estos llamamientos de Hamás», ha dicho, antes de incidir en que el grupo «está muy interesado en reunirse con los hermanos de Al Fatá y otras facciones palestinas».
En este sentido, ha defendido que el objetivo sería «pensar cómo hacer frente a la actual situación en Gaza, tanto a nivel político como en el aspecto humanitario», al tiempo que ha manifestado que Estados Unidos «intenta cambiar la situación» sobre el terreno, en el marco de la ofensiva lanzada por Israel tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por Hamás.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha indicado en varias ocasiones desde el inicio del conflicto que la Autoridad Palestina podría hacerse cargo de la política del enclave tras la guerra, después de que Israel afirmara que uno de los objetivos es «erradicar» a Hamás y evitar que mantenga el control de la Franja, que domina desde 2007.
De esta forma, Hamad ha manifestado que hasta ahora «no ha habido pasos buenos» de Al Fatá para «acercarse a Hamás». «Estamos abiertos a sentarnos con él (Abbas), para hablar con él y todas las facciones palestinas, con la prioridad de detener la agresión», ha detallado.
«Tras ello, podemos pensar en cómo abordar la situación en Cisjordania o en Gaza para reorganizar el hogar palestino, tener un sistema político y una autoridad palestina», ha argumentado Hamas, quien ha expresado su «deseo» de que «los hermanos de Al Fatá» muestren «más pasos positivos en esta dirección».
Las declaraciones de Hamad han llegado después de que el líder del brazo político de Hamás, Ismail Haniye, se haya trasladado a Egipto para abordar un posible acuerdo con Israel para una tregua humanitaria que derive en la liberación de rehenes secuestrados durante los ataques del 7 de octubre, en medio de especulaciones en la prensa regional sobre un posible pacto en los próximos días en este sentido.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, había manifestado horas antes que el país está preparado para una nueva tregua con Hamás como la acordada a finales de noviembre –que estuvo en vigor durante una semana–, en unas declaraciones ante un grupo de embajadores. Según Herzog, la responsabilidad para llegar a futuros acuerdos recae en el grupo islamista palestino.
El Ejército de Israel lanzó una ofensiva contra el enclave palestino tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por Hamás, que dejaron unos 1.200 muertos y cerca de 240 secuestrados. Las autoridades gazatíes, controladas por el grupo islamista, han cifrado en más de 19.600 los palestinos muertos, a los que se suman más de 280 muertos a manos del Ejército israelí y por ataques de colonos en Cisjordania y Jerusalén Este.