
En sus primeros 100 días en la Casa Blanca, el multimillonario republicano parece empujar al país hacia una crisis constitucional, con altos funcionarios de su administración pidiendo directamente que se ignoren los fallos judiciales.
Quiere abolir la ciudadanía por nacimiento, expulsa migrantes para que sean encarcelados en El Salvador, ataca a jueces y presiona a firmas de abogados: desde el comienzo de su segundo mandato, Donald Trump está poniendo a prueba el Estado de derecho en Estados Unidos.
En sus primeros 100 días en la Casa Blanca, el multimillonario republicano parece empujar al país hacia una crisis constitucional, con altos funcionarios de su administración pidiendo directamente que se ignoren los fallos judiciales.
La situación llegó al punto de que James Boasberg, un juez federal en Washington, concluyó que el gobierno "ignoró deliberadamente" el 15 de marzo su prohibición de expulsar inmigrantes, en su mayoría venezolanos, a El Salvador bajo una ley de emergencia de finales del siglo XVIII.