
Milagrosamente, sobrevivió. Pero no por las autoridades, de acuerdo con don Gilberto, sino por la fe y la furia de una comunidad que no se movió hasta sacarla.
Afuera, nadie imaginaba que aquella adolescente de 12 años que acababa de salir del Politécnico José Francisco J. Peynado, quedaría atrapada en el vientre de una alcantarilla, en la intersección de la calle Julio Manuel Cestero y la calle Circunvalación, en el sector Lavapié, de San Cristóbal.