
Otra prueba difícil para Ron Washington.
El veterano dirigente de los Angelinos de Los Ángeles fue apartado temporalmente del equipo ests semana debido a una condición médica no especificada, según informó la organización.
Washington, de 73 años, experimentó dificultad para respirar y parecía fatigado al final de la semana pasada en la serie contra los Yankees de Nueva York.
Con una vida entregada al béisbol, Washington ha sid una figura influyente tanto en el terreno de juego como en los camerinos. Su carrera profesional comenzó como pelotero en 1977, cuando debutó como campocorto con los Dodgers de Los Ángeles. Sin embargl, fue en los años siguientes, con equipos como los Mellizos de Minnesota, donde dejó su mayor huella como jugador, destacándose por su ética de trabajo más que por cifras deslumbrantes.
Su mejor temporada fue en el 1982, cuando bateó .277, con cinco jonrones y 39 carreras remolcadas.
Jugó diez temporadas en Grandes Ligas, pero su legado no se forjó con batazoa, sino con su evolución tras colgar los spikes.
A finales de los 90, dio un giro decisivo: se convirtió en coach y, más tarde, en uno de los entrenadores más respetados del circuito.
Su papel como coach de infield con los Atléticos de Oakland durante más de una década fue clave en la formación de una generación de jugadores defensivos élite.
Fue allí donde ganó reputación como un maestro del guante, obsesionado con la mecánica y la disciplina, cualidades que le abrirían las puertas para algo mayor.
MÁNAGER
En 2007, Washington recibió su primera gran oportunidad al ser nombrado manager de los Rangers de Texas. Bajo su liderazgo,el equipo vivió su época dorada, alcanzando la Serie Mundial en 2010 y 2011.
Sin embargo, el sueño se tornó amargo cuando Texas perdió ambos campeonatos, especialmente el de 2011, a solo un strike de coronarse.
Aun así, Washington fue valorado por su liderazgo positivo y por levantar a un equipo históricamente mediocre hasta convertirlo en contendiente.
Pero en 2014, una tormenta personal lo sacó de los focos. Renunció sorpresivamente a su cargo como manager, alegando “motivos personales”.
Más tarde se supo que enfrentaba una crisis matrimonial tras admitir una infidelidad. Fue un episodio doloroso que casi pone fin a su carrera en el béisbol profesional.
No obstante, como tantas veces en su vida, Washington regresó.
Volvió a los banquillos como coach en los Atléticos y luego se convirtió en parte fundamental del cuerpo técnico de los Bravos de Atlanta, donde ganó la Serie Mundial en 2021 como coach de tercera base.
En 2023, cuando parecía que su tiempo como manager había pasado, los Angelinos le ofrecieron una nueva oportunidad. Tomó las riendas del equipo con entusiasmo, viendo en ello un chance de cerrar su carrera con dignidad.
Hoy, mientras se aleja del equipo por razones de salud, su legado ya está escrito: el de un hombre que ha fallado, ha caído y ha sabido levantarse siempre.