
Guzmán acudió acompañado por Secundino Gil Morales (líder del PRD) y su yerno José María Hernández. Pero al cruzar el umbral, solo a él le permitieron entrar.
El ascenso de Antonio Guzmán a la presidencia en agosto de 1978 fue un milagro al filo del abismo. Por poco no llega a jurar el cargo. Peor aún: estuvo a horas de ser víctima de un complot militar.