
Santiago. – La Asociación de Comerciantes e Industriales de Santiago (ACIS) decidió retirarse de Compromiso Santiago tras lo que calificó como actitudes irrespetuosas y acciones que atentan contra su institucionalidad. La salida marca un hito en la historia empresarial de la ciudad y abre un debate sobre la legitimidad, la transparencia y el rol de l.
De acuerdo con fuentes consultadas, la decisión no respondió a simples diferencias internas, sino a un irrespeto institucional. Compromiso Santiago comunicó que no aceptaba a Sandy Filpo como delegado de la ACIS, pese a que el derecho de designar representantes corresponde exclusivamente a la propia asociación.
El hecho genera interrogantes: ¿puede un espacio informal decidir quién representa a una entidad formalmente constituida? ¿Qué autoridad tiene Compromiso Santiago para imponer?
Compromiso Santiago fue creado como espacio de concertación por el Consejo para el Desarrollo Estratégico de Santiago (CDES). Sin embargo, carece de personalidad jurídica y, pese a ello, ha manejado fondos públicos mediante cuentas a nombre de la Asociación para el Desarrollo de Santiago (APEDI).
Ejemplos recientes refuerzan las críticas. El proyecto de revalorización del Centro Histórico, presupuestado en más de RD$1,900 millones: en cinco años, los avances visibles apenas alcanzan la calle Benito Monción. También persisten cuestionamientos sobre el destino de RD$290 millones gestionados por el Clúster Turístico y Compromiso Santiago tras un acuerdo firmado públicamente en 2022 por el ministro de Turismo, David Collado. De esos fondos, sólo RD$7.9 millones se utilizaron en el diseño de un polémico logo para la Marca Ciudad
Los analistas señalan que más allá de un conflicto entre ACIS y APEDI, la situación pone en evidencia los riesgos de debilitar la institucionalidad y de mezclar recursos públicos con intereses particulares. La interrogante de fondo no es quién controla los fondos, sino quién garantiza que se traduzcan en desarrollo real para Santiago y su gente.