
Durante más de un siglo, los canadienses en Stanstead, Quebec, habían podido entrar por la puerta principal de la Biblioteca Pública Haskell, situada en Derby Line, en el estado estadounidense de Vermont, sin pasar por la aduana.
En un pintoresco pueblo en la frontera entre Canadá y Estados Unidos, excavadoras trabajan bajo un cielo plomizo para devolver a los canadienses el acceso a una biblioteca pública binacional, tras la decisión de la administración Trump de poner fin a su estatus de excepción.






