
“No podemos regresarnos a Venezuela, allá ya no queda nada para nosotros, prefiero quedarme en la clandestinidad”, dice en una entrevista telefónica con EFE Oriana, una inmigrante venezolana que no quiere dar su apellido.
Un cuarto de millón de venezolanos queda expuesto a la deportación desde la medianoche de este viernes cuando se vence el Estatus de Protección Temporal (TPS) que los protege, lo que supone un duro golpe para los migrantes que prefieren quedarse en las sombras a regresar a su país.






