
"Prefiero no pensar en eso y si va a pasar, que pase y ya. Se vive el día a día".
María Abreu se pasea entre las incontables luces navideñas que adornan un bulevar de Caracas, habla con amigos, ríe. Evita como sea pensar en el enorme despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe o la posibilidad de un bombardeo contra Venezuela.
Las ganas de evadirse aunque sea por algunos momentos se palpa entre los venezolanos, que acumulan décadas de crisis políticas y económicas. La única alternativa es caer en la ansiedad de lo impredecible.
"Prefiero no pensar en eso y si va a pasar, que pase y ya. Se vive el día a día", sentencia Abreu, una deportista de 18 años.
El presidente estadounidense Donald Trump movilizó una gigantesca flota que ha matado a más de 100 personas en bombardeos a supuestas narcolanchas. También incautó dos buques con petróleo embargado de Venezuela.
El presidente Nicolás Maduro asegura que Washington busca derrocarlo, y muchos venezolanos creen que esto puede traducirse en ataques aéreos, o incluso una invasión.
Estos escenarios, e incluso el de una guerra, se cuelan en las conversaciones del ciudadano de a pie, aunque siempre en susurros. Muchos temen terminar en prisión por algún comentario que no plazca a las autoridades.
El discurso de paz que impulsa Maduro se mezcla con el miedo sembrado por los miles de arrestos que siguieron a las protestas por su cuestionada reelección en 2024.
"Se vive el día a día"
La temporada de Navidad arrancó en Venezuela en octubre por orden de Maduro y el paseo Los Próceres está tan iluminado que casi hace olvidar los constantes apagones en el resto del país.
A lo largo de este bulevar con árboles y estatuas blancas que honran a héroes de la Independencia, parejas se fotografían, niños juegan a la pelota, padres compran golosinas para sus pequeños.
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Venezuela celebra Navidad con ansiedad bajo la mira de Estados Unidos
"Prefiero no pensar en eso y si va a pasar, que pase y ya. Se vive el día a día".

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25/12/2025 00:00 | Actualizado a 25/12/2025 00:00
María Abreu se pasea entre las incontables luces navideñas que adornan un bulevar de Caracas, habla con amigos, ríe. Evita como sea pensar en el enorme despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe o la posibilidad de un bombardeo contra Venezuela.
Las ganas de evadirse aunque sea por algunos momentos se palpa entre los venezolanos, que acumulan décadas de crisis políticas y económicas. La única alternativa es caer en la ansiedad de lo impredecible.
"Prefiero no pensar en eso y si va a pasar, que pase y ya. Se vive el día a día", sentencia Abreu, una deportista de 18 años.
El presidente estadounidense Donald Trump movilizó una gigantesca flota que ha matado a más de 100 personas en bombardeos a supuestas narcolanchas. También incautó dos buques con petróleo embargado de Venezuela.
El presidente Nicolás Maduro asegura que Washington busca derrocarlo, y muchos venezolanos creen que esto puede traducirse en ataques aéreos, o incluso una invasión.
Estos escenarios, e incluso el de una guerra, se cuelan en las conversaciones del ciudadano de a pie, aunque siempre en susurros. Muchos temen terminar en prisión por algún comentario que no plazca a las autoridades.
El discurso de paz que impulsa Maduro se mezcla con el miedo sembrado por los miles de arrestos que siguieron a las protestas por su cuestionada reelección en 2024.
"Se vive el día a día"
La temporada de Navidad arrancó en Venezuela en octubre por orden de Maduro y el paseo Los Próceres está tan iluminado que casi hace olvidar los constantes apagones en el resto del país.
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