
La Arquidiócesis de Santiago de los Caballeros, afirmó que la Navidad constituye un llamado a las autoridades dominicanas y personas de bien, a unir voluntades para construir un país más humano donde la vida sea respetada, la indiferencia sea vencida por la solidaridad, la violencia sea derrotada por el diálogo, y sobre todo donde abunde la paz.
A través de su encargado de Comunicación, padre Regino Alfonso Collado, la iglesia de Santiago los Caballeros afirmó que la mirada desde el pesebre interpela a la sociedad y la invita a luchar por recuperar la dignidad de cada persona, especialmente de lo más pobres y olvidados.
“El llamado más especial que se nos hace es a aportar para que tengamos un mundo más humano, más solidario, donde se dialogue y haya paz en todos los niveles”, expresó.
Collado apuntó que la Navidad siempre corre el riesgo de vaciarse de su sentido más profundo, cuando el ser humano se vuelve muy consumista o cuando se adentra en la parte superficial, pero para los creyentes, los que verdaderamente se preparan en el tiempo de Adviento para el nacimiento del Emmanuel, el Dios con nosotros, el que se hace cercano, el que se hace humano, el que se hace frágil en nuestras vidas y en nuestra familia, conserva el valor espiritual.
El sacerdote consideró como un desafío el volver al corazón del misterio, al amor, al que nos invita a vivir con más sencillez, con más solidaridad y sobre todo con más esperanza este tiempo de Navidad.
De acuerdo al encargado de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago, la Nochebuena cobra su mayor sentido en que Jesús nace en un contexto de pobreza, exclusión y su nacimiento no ignora el dolor, sino que nos ilumina a todos con esperanza.
“La verdadera Navidad no se niega a la realidad, sino que se compromete a transformarla con gestos concretos de justicia, reconciliación y cuidado del otro”, dijo.
Collado dijo que precisamente ahí es donde este tiempo cobra su mayor sentido, pues Jesús nace en un contexto de pobreza y de exclusión, no es en un mundo perfecto y su nacimiento no ignora el dolor, sino que nos ilumina a nosotros con esperanza.
El sacerdote afirmó que la Navidad no se niega a la realidad, sino que se compromete a transformarla con gestos concretos de justicia de solidaridad de reconciliación y de cuidado al otro.
A las familias que llegan a la Nochebuena pasando por una crisis o en situación de duelo, les recordó que Dios nace también en medio de la fragilidad y en medio de las dificultades.
Collado afirmó que vivir la Navidad no exige familias perfectas, sino más bien lo que exige es tener un corazón abierto, dar el primer paso hacia el perdón, recordar a los ausentes con amor y creer que siempre es posible comenzar de nuevo.
“La iglesia siempre tiene un mensaje de acogida, de esperanza, la iglesia siempre tiene los brazos abiertos para todo el que llegue para abrazarlos y acogerlos”, expresó.





