
Santo Domingo. – La violencia en las relaciones de pareja es una realidad compleja que afecta a cientos de personas y que, en muchos casos, llega al extremo de un desenlace fatal. La mayoría de los hechos reportados corresponden a feminicidios, en los que hombres ultiman a sus parejas.
Sin embargo, existe también una problemática menos visible y escasamente debatida: los asesinatos de hombres a manos de sus parejas, una forma de violencia que, debido a su menor incidencia estadística, suele quedar relegada del debate público y, en muchos casos, invisibilizada por el estigma social.
En lo que va de 2025, al menos siete hombres han sido asesinados por sus parejas o exparejas en la República Dominicana. De acuerdo con los casos reportados en los medios de comunicación los fallecidos son:
- Anderson Ortiz Ávalo (32 años) – San Francisco de Macorís, 31 de mayo.
- Sebastián Johnson Núñez “DJ Seba” (29 años) – Sabana de la Mar, mayo.
- Jorge Rodríguez (35 años) – San Francisco de Macorís, junio.
- José Manuel Encarnación Encarnación (32 años) – Santo Domingo Norte, 17 de junio.
- Ambiorix Suero Piña (28 años) – Santiago Oeste, 17 de julio.
- Braylin López (23 años) – Pantoja, 30 de septiembre.
- Jonathan Martínez (34 años) – Sosúa, 13 de noviembre.
Detalle de los casos
Una de las primeras muertes registradas en el año ocurrió el sábado 31 de mayo, cuando una mujer identificada como Nathalia Chantal Jesús hirió con un arma blanca a Anderson Ortiz Ávalo, de 32 años.
El altercado ocurrido en la residencia que ambos compartían en el sector El Capacito de San Francisco De Macorís. Según declaró la detenida, el hoy occiso la había agredido físicamente en múltiples ocasiones. El tribunal le impuso 3 meses de prisión domiciliaria como medida de coerción.
También en mayo en el municipio costero de Sabana de la Mar, provincia Hato Mayor, Sebastián Johnson Núñez conocido como “DJ Seba”, de 29 años, murió a causa de herida corto punzante en el tórax, causada por su expareja Johanna Coplín, de 31 años.
Los datos indican que el incidente se originó en medio de una acalorada discusión entre el occiso y su homicida. La victimaria habría cometido el crimen por celos. Dj Seba laboraba en el centro de diversiones “La De Diego”, donde supuestamente inició la discusión que luego terminó con la vida de Sebastián.
En junio 2025 una mujer identificada como Lisbeth Jiménez García, de 26 años, hirió con un arma blanca a su pareja sentimental, Jorge Rodríguez, de 35 años quien falleció horas después mientras recibía atención médica en el Hospital Regional Universitario San Vicente de Paúl de San Francisco de Macorís.
Rodríguez fue impactado directamente en la vena aorta. La Policía detuvo la mujer en el centro de salud una vez confirmada su vinculación con el homicidio. La Oficina Judicial de Servicios de Atención Permanente del distrito judicial de la provincia Duarte dictó contra ella tres meses de prisión preventiva, como medida de coerción.
El 17 de junio 2025 una mujer le quitó la vida de varias estocadas a su expareja sentimental en medio de un incidente protagonizado en el sector La Nueva Barquita, en el municipio Santo Domingo Norte.
Katherine Sánchez Mejía, de 28 años, asesinó a José Manuel Encarnación, de 32 años, quien falleció a causa de herida corto penetrante en el ojo izquierdo y región frontal del lado izquierdo. Según el informe policial, el hoy occiso entró de forma violenta a la residencia de la joven y le lanzó una botella. Fue en ese entonces cuando Katherine se defendió tomando un cuchillo, con el que le propinó una estocada ocasionándole la herida que finalmente le provocó la muerte a Encarnación.
Tras el hecho, Sánchez Mejía se entregó a las autoridades para responder por sus acciones.
Justo un mes después, el 17 de julio de 2025, un hombre identificado como Ambiorix Suero Piña, de 28 años de edad, fue ultimado también de una estocada por su esposa en un confuso incidente en el barrio Los Solares de Cienfuegos, en el distrito municipal Santiago Oeste.
Como presunta autora del hecho fue detenida Estefanía Hernández Bonifacio, quien, según familiares del fallecido, habría propinado la herida mortal durante una discusión. Sin embargo, afirmó haber actuado en defensa propia, negando haber causado directamente las heridas mortales.
Testimonios de familiares indican que no era la primera vez que la mujer atentaba contra su pareja. La madre de Ambiorix también relató que su hijo vivía en una relación conflictiva y que le advirtió varias veces que se alejara.
El 30 de septiembre 2025 una discusión de pareja terminó en el sector Palmarejo Villa Linda de Pantoja, municipio Los Alcarrizos, cuando una mujer identificada como Nahidelys Montes de la Cruz le quitó la vida a su compañero sentimental con quien había procreado dos hijos. La víctima fue identificada como Braylin López, de 23 años, quien recibió una herida mortal en el tórax producto de una estocada tras una acalorada discusión.
De acuerdo al testimonio de los familiares del fallecido Montes de la Cruz “siempre agredía a Braylin”, era una persona problemática, imperativa, celosa y violenta. Agregaron que, al intentar reportar la situación en la Fiscalía de Las Caobas, las autoridades se negaron a recibir la querella.
El 13 de noviembre de 2025, una mujer ultimó a su expareja de una estocada en el pecho con un cuchillo, en el municipio Sosúa, provincia Puerto Plata. La víctima fue identificada como Jonathan Martínez, de 34 años de edad, quien falleció a manos de Maritza Rosa (Milagros), en medio de un aparente conflicto familiar.
Según las investigaciones, Rosa alegó haber actuado en defensa propia debido a las frecuentes agresiones físicas por parte de Martínez. Sin embargo, familiares del fallecido argumentaron que el crimen fue motivado por problemas pasionales y violencia intrafamiliar.

El estigma que calla a los hombres que sufren violencia
El psiquiatra Ramón Ceballos, advierte que el miedo a no ser creídos, la vergüenza, el estigma social, el temor al ridículo y a consecuencias legales adversas figuran entre las principales razones por las que muchos hombres optan por guardar silencio en casos de violencia.
Ceballos al ser consultado por De Último Minuto, señala que este fenómeno responde a patrones culturales profundamente arraigados que invalidan el sufrimiento masculino. “A muchos hombres se les ha enseñado que reconocer abuso es sinónimo de debilidad, lo que genera un bloqueo emocional y social que les impide buscar ayuda”, explica.
Aunque la Ley 24-97 sobre violencia intrafamiliar no excluye a los hombres como posibles víctimas, expertos coinciden en que los protocolos institucionales y los servicios de atención aún no están diseñados para responder de manera efectiva a sus necesidades.
Las estadísticas oficiales reflejan esta brecha: en los últimos cuatro a cinco años, alrededor del 89 % de las denuncias por violencia de género en el país han sido interpuestas por mujeres, mientras que solo cerca del 11 % corresponden a hombres, una diferencia que, según especialistas, no necesariamente representa la magnitud real del problema, sino las barreras existentes para la denuncia masculina.
Feminicidios “la verdadera tragedia social”
En contraste, el sociólogo para el sociólogo Pastor de la Rosa, la verdadera tragedia social que enfrenta el país es la violencia contra las mujeres. A su juicio, las investigaciones no evidencian que la violencia ejercida por mujeres contra hombres constituya un problema social en la República Dominicana.

Señala que se trata de casos aislados que, por lo general, ocurren en contextos defensivos, como respuesta a situaciones de violencia previa ejercida por los hombres.
De la Rosa sostiene que la legislación dominicana garantiza y promueve los mecanismos de denuncia sin distinción del sexo de la víctima. En ese sentido, afirma que existen estadísticas en las instancias policiales y judiciales que registran denuncias interpuestas por hombres.
No obstante, considera que la baja recurrencia de denuncias masculinas puede deberse a múltiples factores, entre ellos la falta de fundamento de algunos casos, situaciones en las que la mujer actuó en defensa propia o la persistencia del machismo, que dificulta que los hombres se reconozcan como víctimas.






