La economía dominicana registró buen desempeño en febrero pasado, cuando el Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) se expandió 5.8 %. Es menor en 0.5 punto porcentual a lo registrado en enero (6.3 %), pero en todo caso se mantiene dentro de las proyecciones que se han hecho.
Es un aumento positivo, si se parte de que el programa monetario del Banco Central de la República Dominicana proyecta que el crecimiento se ubique en torno a 5.5 %-6.0 % en el año 2022, cercano a su potencial.
Y ha dejado claro la importancia de destacar que el conflicto militar entre Rusia y Ucrania ha elevado significativamente la incertidumbre del entorno internacional, por su impacto en las condiciones económicas mundiales. Eso incluye los flujos de comercio y el aumento de los precios del petróleo y demás commodities, lo que podría afectar las perspectivas de crecimiento para 2022.
Ayer, por ejemplo, el crudo de Texas, cerró la jornada a 99.27 dólares el barril. Si bien estuvo a la baja, sigue alto. El Presupuesto de 2022 fue realizado tomando como un supuesto de 62.7 dólares el barril. Mientras, los precios de los granos a nivel internacional cerraron los primeros tres meses de 2022 al alza, con incrementos de más del 20 %. En ese período, las mayores ganancias fueron para el trigo, que subió 30.78 % a 10.08 dólares el bushel. El segundo mayor aumento fue para el maíz (26 %) cerrando en 7.48 dólares por bushel.
El bushel es una unidad de medida de capacidad para mercancía sólida en los países anglosajones (países de habla inglesa). Se utiliza en el comercio de granos, harinas y otros productos análogos. En Estados Unidos equivale a decir 32 libras = 14.5 kilos. Un kilo es el equivalente a 2.2. Libras.
Entre enero y marzo de este año, los futuros de la soya tuvieron un incremento de 21.71 % y al 31 de marzo se cotizaban en 16.17 dólares por bushel.
De acuerdo con lo explicado por analistas, tanto locales como de otras naciones, el incremento en los precios de los granos fue impulsado por el conflicto en Ucrania y Rusia y a diferencia de otras materias primas, por los esfuerzos productivos no se puede acelerar significativamente el crecimiento de las cosechas, de ahí el conflicto en la oferta de granos.
En el caso dominicano, el Banco Central ha dicho que se mantendrá monitoreando los efectos adversos del nuevo choque en la economía dominicana para adoptar las medidas que resulten pertinentes para contribuir a mitigar el mismo.
Por lo que está ocurriendo, por la alta incertidumbre prevaleciente del entorno internacional, hacia adelante las perspectivas de crecimiento de la economía dominicana se han tornado más conservadoras. El Banco Central dominicana ha resaltado que se debe tomar en cuenta que las tasas de variación del IMAE para los próximos meses podrían ser más moderadas que las registradas a inicios del presente año, influenciadas por el efecto estadístico de la base de comparación, particularmente en los meses de marzo, abril, y mayo, que fueron los meses con mayores crecimientos en el pasado año, del orden de 10.6 %, 47.1 % y 21.2 %, respectivamente.
“En un escenario donde los riesgos derivados del enfrentamiento geopolítico se mantengan acotados, los modelos de pronósticos de esta institución indican que el crecimiento para el presente año se ubicaría en torno a 5.0 %, cercano a su potencial, según lo contemplado en la revisión más reciente del Programa Monetario”, ha dicho el emisor.
La cuestión del crédito
Por otro lado, el crédito al sector privado en moneda nacional mantiene su dinamismo al expandirse de forma interanual por encima de 12 % en el mes de marzo.
En cuanto a la política fiscal, las cifras del BCRD destacan las mayores recaudaciones con relación a lo estimado, que han otorgado el espacio necesario para la reactivación del gasto de capital y para aplicar medidas orientadas a mitigar el impacto de los mayores precios internacionales de las materias primas sobre la producción nacional y los hogares, especialmente los más vulnerables.
En cuanto a las reservas internacionales se mantienen en niveles históricamente altos, en torno a los US$ 14,400 millones, equivalentes a 14.5 % del PIB y 7.1 meses de importaciones, superando las métricas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Estos factores han favorecido la estabilidad relativa del tipo de cambio, reflejada en una apreciación interanual de la moneda local en torno al 3.5 % al cierre de marzo, que contribuiría a contrarrestar las presiones inflacionarias de origen externo.
“La economía dominicana se encuentra en una buena posición para mitigar este choque adverso, tomando en cuenta la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos, el buen desempeño de la demanda interna y los altos niveles de reservas internacionales”, indica el BCRD.
Y sigue reafirmando su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, por lo que se mantendrá dando seguimiento a la coyuntura internacional y a las presiones inflacionarias, con el propósito de adoptar medidas adicionales ante factores que puedan poner en riesgo la estabilidad de precios.
Mirada amplia al exterior
En el sector externo continúa el dinamismo de las exportaciones y del turismo; así como de las remesas que superaron los US$1,500 millones durante los dos primeros meses del año. En ese sentido, las proyecciones actualizadas apuntan a un déficit de Cuenta Corriente en torno a 3.0 % del PIB para este año, tomando en consideración que las mayores exportaciones de oro y níquel, así como la continua recuperación del turismo, compensarían parcialmente el impacto de los mayores precios del petróleo.
“Adicionalmente, es importante resaltar que se proyecta que la inversión extranjera directa se ubique en torno los US$3,400 millones, que cubrirían el déficit estimado para la cuenta corriente”, indicó el Banco Central en un documento emitido el jueves.